martes, 18 de marzo de 2008

EL TRASVASE DE AGUA, EN INVIERNO, DEL DUERO AL NÁGIMA RESOLVERÍA DEFINITIVAMENTE EL PROBLEMA DE ABASTECIMIENTO EN FUENTELMONGE

Está en la carretera de Monteagudo de las Vicarías a Gómara, a una altitud de 868 metros, se encuentra bañado por el río Nágima. Es pueblo con importancia histórica, debido a que se encontraba en su término la Granja de Cántabos o Cántagos que es como se denomina ahora.
Pertenecía, y pertenece, al Arciprestazgo de Gómara; fue frontera entre los reinos de Castilla y Aragón. Por curiosidad me voy a permitir el transcribir algo de su aspecto histórico por considerar que es conveniente que la misma sea un poco conocida por sus habitantes y, a lo mejor, sirva para que alguien o, algún hijo del pueblo, un día se decida en colaboración con el Ayuntamiento y algún organismo oficial a investigar más profunda y profusamente sobre las raíces del mismo y no termine pasando al eterno olvido, como sucede con tantos y tantos pueblos provinciales. Aun cuando parece un asunto intrascendente, reconozcamos que el airear y dar a conocer algo de lo nuestro, siempre sirve un poco para mantener la conciencia de las raíces a aquellos que al abandonar el pueblo, encontrarse ausentes y desligados en gran medida de él, y a los que en él quedan, pueda servir para mantenerlo, aún cuando sólo sea en la memoria y, en el orgullo, de poder decir que su pueblo tuvo una historia importante.
Juan Loperráez, en la descripción histórica del Obispado de Osma en el tomo 11 de la edición de 1788, da una población de 132 vecinos que en aquel entonces debía de ser aproximadamente la cifra de unos 660 habitantes. Veremos que el pueblo en el transcurso de esos 200 años se mantuvo y en poco tiempo ha sufrido fuertes bajadas en su censo.
“Parte de este Arciprestazgo es conocido con el nombre de Vicarías, comprendiéndose en ella los lugares de Serón, Mazaterón, Reznos, y todos los demás pueblos que se hallan a su mediodía; y aunque se ignora el origen, se puede creer que lo tuvo con motivo de haber estado esta parte del Obispado incluida en la Comunidad de Calatayud; y sus Vicarías por haberlo agregado a ellas el Rey D. Alfonso de Aragón, aunque correspondieron a Castilla, como que la conquistaron antes las armas del Rey D. Alfonso VII”.
“En la jurisdicción del lugar de Fuentelmonge se halla la granja llamada de Cántabos, digno de memoria por haber estado fundado en ella el Real Monasterio de Bernardos, que hoy está en Huerta de Ariza (hoy Santa María de Huerta), construido por el Rey D. Alfonso VIII, en el año de mil ciento setenta y nueve, siendo su Abad D. Martín de Hinojosa. La noticia más antigua que se halla de este Monasterio con el título de Santa María de Cántabos, es del año de mil ciento cincuenta, con motivo de haber asistido su Abad Rodolfo al matrimonio que contrajo en Calahorra el Rey de Castilla D. Sancho el Deseado con la Reina Doña Blanca en donde otorgó dicho Abad una escritura en treinta de enero. Permanecía en Cántabos el Monasterio en el año mil ciento cincuenta y ocho, como resulta de una donación que hizo Doña Sancha, mujer de Miguel Muñoz de Hinojosa, a Nuestra Señora de Cántabos, y a su Abad Blasio y sus sucesores, de los lugares de Cántabos y Boñices, también en el Obispado de Osma, y a su hijo Martín para que tomase el hábito del Monje en dicho Monasterio, en el que vivían bajo la regla de San Agustín, su fecha es Otordesillas, y mes de Abril”.
En el año 1866, según el nomenclátor de la provincia de Soria, tenía 609 habitantes que pudiera ser una cifra muy aproximada a la que tenía cien años antes. Iglesia y ermita de Santa Ana, Granja de Cántagos (ya ha cambiado la b, por g), situada a 2,7 kilómetros de la población; 220 edificios habitados; 52 de éstos era de una planta; 118 de dos; 60 de tres y tres de más de tres plantas.
La estadística del año 1967 (otros cien años más tarde) daba la cifra de 830 almas. En casi 200 años la población permanece estabilizada, es a partir de este momento cuando el descenso y declive del pueblo se acusa de manera alarmante, aún cuando en los nueve últimos parece que se los estabiliza de nuevo y empieza una nueva etapa, que ojala sea de progreso firme despegue.
Diez año más tarde, en el año 1977, primer año en que se celebran elecciones en España, quedó reducido a 251; con derecho a voto, 216; ejercieron el derecho 181; en el año 1984 se redujo a 223 y, en las últimas elecciones del 22 de Junio eran 230 habitantes.
Ahí está reflejada la historia, el esplendor (si así se le puede definir) y la decadencia del pueblo, aún cuando todo ello muy resumido, pueda servir para pensar los motivos que dieron lugar a uno y otro hecho, y procurar poner los medios para iniciar de nuevo, o por lo menos intentar por todos los cauces la estabilización y recuperación de un pueblo.
Hoy en día sería absurdo pensar que se puede lograr algo tan importante como es eso, contando sólo con el poder del pueblo, han cambiado los tiempos en forma increíble e impensable hace pocos años, siendo imposible el esperar conseguirlo solos, es necesario lograrlo, indiscutiblemente, viéndose en conjunto con los cercanos pueblos comarcanos, con esos que forman la comarca e las Vicarías al lado del río Nágima.
Así me ha demostrado que piensa también su joven alcalde, Félix Moreno Gonzalo, que ocupa el cargo desde las últimas elecciones municipales del año 1983. Tiene perfectamente asimilado que el primer problema del pueblo es la falta de agua y que sin lograr resolver este acuciante problema, se ha encontrado, y este año volverá a estar, en lo denominado como alerta roja, no se podrá conseguir que el pueblo vuelva a florecer.
Está plenamente convencido que la primera solución para mejorar la situación del pueblo, y la de toda la zona, desde Serón de Nágima hasta Monteagudo de las Vicarías, es únicamente logrando un trasvase de agua sobrante de invierno del Duero al Nágima, y convertir en regadío toda la extensa zona que riega (si tuviese agua) este río, ya que el terreno es propicio para diversos cultivos alternativos y debido a la altitud de toda la comarca, las temperaturas son bastantes benignas consiguiendo con ello la creación de algunos puestos de trabajo y por consiguiente el aumento de población. Problema éste que es el de la famosa pescadilla que se muerde la cola; si no hay población suficiente es imposible el intentar crear puestos de trabajo, no habría nadie para poder ocuparlos, si no se crea la necesidad de intentar por todos los medios el conseguirlos, tampoco existirá la necesidad de crearlos.
Está también plenamente convencido de la enorme necesidad que tiene, no sólo su pueblo, de limpiarlo, embellecerlo, no únicamente en el aspecto exterior de las casas, que es sumamente necesario, también creando e instalando zonas verdes, dotarlo de comodidades, que en algunos casos y por ciertas personas ancladas en el tiempo, pueden ser consideradas como superfluas, tales como jardines o parques, como el que se está terminando de instalar, pequeño y coquetón dotado de unos pocos juegos infantiles. Pero hasta para eso no les queda más remedio que estar supeditados al agua, de la que realmente están excesivamente escasos, y no solamente faltos, es que, además no reúne las condiciones de potabilidad suficiente para el consumo humano, como sucedía el día en que estuve recorriendo el pueblo. Se han hecho prospecciones, unos proyectos de efectuar sondeos, todo eso se puede decir que es estupendo, pero yo me pregunto qué coste conlleva todo ello y, si al final se puede asegurar que será rentable y no se habrán hecho unos enormes gastos totalmente inútiles, cuando si se hiciese ese pequeño trasvase del agua sobrante de invierno del Duero al Nágima, con pequeños embalses naturales en Serón, Torlengua, Fuentelmonge, para finalmente llenar el pantano de Monteagudo, se podrán hasta abastecer de agua para el consumo y posiblemente con más seguridad que la que les proporcionan los sondeos, si consiguiesen el suficiente caudal.
Pero hay una cosa que me intriga sobremanera, ¿qué sucedería mientras se piensa y medita si son podencos o galgos de los que va a provenir el peligro, si llegase una verdadera contingencia causada por la contaminación del agua de consumo en forma de una fuerte epidemia? ¿Hay alguien que asegure, (me refiero a la Administración) o pueda afirmar, que ese caso es totalmente imposible? ¿Qué sucedería en tal caso? ¿Quiénes serían los culpables y responsables de un problema de esta índole? ¡Ah! Es posible que el culpable fuese algún conductor de cualquier coche que circulase por la carretera que pasa por el interior del pueblo y que estornudó cerca de la fuente estando enfermo y sus miasmas fuesen las causantes.
Por mi parte estoy convencido que un día se llegará a oír algo de este estilo para justificar la falta de previsión.
En diciembre de 1984 por el Servicio Geológico de España, se hicieron unos profundos estudios geológicos e micrográficos y, el 15 de febrero del año 85 se aprobaron los presupuestos para un sondeo y perforación de un pozo de hasta seiscientos metros, pero estamos en julio del 86 y se sigue diciendo ¿serán galgos o podencos? No interviniendo en estos casos jamás la Junta de Castilla y León, o mejor sería decir sus delegaciones provinciales, todo ha sido por el Servicio Geológico de España.
Así que en estos momentos tenemos un pueblo con historia, con entusiasmo, con ilusiones, con poca salubridad en sus muy escasas aguas que puede que esta circunstancia ahogue (increíble ¿verdad?, que un pueblo pueda ahogarse precisamente por la falta de agua) todos los entusiasmos e ilusiones de sus gentes.
Esto puede que se agrave en su momento por otra circunstancia especial, (este caso ya lo conozco en algún otro) que a lo mejor una vez conseguida el agua suficiente por suerte en un sondeo, no se pueda resolver la situación por la falta de suficiente fluido eléctrico, la corriente es de 125. Sí, me asegura Félix Moreno, que se va a instalar la fuerza a 220 gracias la Diputación Provincial, que parece que empieza a ayudar a este pueblo. Este proyecto está aprobado, solamente hace falta que se lleve a cabo lo antes posible.
Comprendo y así hay que reconocerlo, sobre todo, los fuentelmongeños (¿será así el gentilicio?) que los verdaderos culpables de tal situación la han tenido, y la tienen, ellos mismos por haberse abandonado a la indiferencia sobre su situación excesiva abulia y que no se puede exigir de golpe, aún con la decisión, entusiasmo e ilusión de sus nuevos dirigentes, lo que no se ha hecho a lo largo de otros tiempos.
Pero una vez despertadas las conciencias, dispuestos como están a renovar la situación del pueblo, pensando que es un núcleo de 230 habitantes y que con un poco de ayuda y entusiasmo puede aumentarse, indiscutiblemente es necesario prestarles toda la ayuda por parte de la Diputación y de las Delegaciones de Castilla y León. No se puede seguir viendo con tranquilidad como se van perdiendo pueblos y pueblos.

1 comentario:

Tgoito dijo...

Soy de Monteagudo y me ha encantado el relato y documentación histórica que has hecho de Fuentelmonge y de Cantabos, por cierto se está hundiendo la cupula de adobe del torreón,¡Que pena aguantar 1000 años para acabar así victima de al desidia y el abandono!. Lo del pasar agua del Duero lo veo muy dificil en los tiempos que corremos.
Un saludo
Goyo